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Mostrando entradas de octubre, 2014

Goteras.

Colocaos en fila. Llenad de palabras mi locura o dejadme vivir en mi inquebrantable nube en la que no existen enamorados amantes de puentes a los que arrojarse como plumas. Ni vasos medio llenos o medio vacíos. Vacíos como las cabezas sin memoria. Memoria que vuela como aves que emigran para no volver a su destino. Llenad de palabras lo oscuro. Que los silencios suenen melodiosos. Llenadme de algo, aunque sea indescifrable como un papiro rasgado. Rasgadme. Que se aviven los sentimientos, sean o no como el aroma de las rosas. Prefiero sentir a decantarme por héroes. Venid, y, y sino evitad desandar el camino que me habéis dedicado.

Amores entre líneas.

Me encantaría ser un poeta escondido entre papeles y más papeles que le incitan a que coja una pluma y escriba a su chica. Un poeta que piensa que las palabras superan las apariencias y no va a dejar de jugar con rimas hasta saciarse. Que quiere hacerla volar para que toque el cielo sin ni siquiera rozarla. Que sea inevitable que no se enjuague la lágrima tonta con su fino dedo al saber que hasta el mayor de sus defectos-describe el poeta con mirada golosa-la completan. Y enviarle cartas los sábados llenas de puro sentimiento, pero que escriba por y para ella. Que los ojos de la estimada muchacha se aviven y brillen como luces navideñas al leer un ‘te quiero’ transformado en metáfora. Que el filo de sus labios deje entrever sus dientes blancos como perlas y… y que se fije en él un frío día de noviembre. Se acerque y le abrace. Que pueda presumir de ella por la calle aún con los ligeros deslices de su vestido. Y susurrarle al oído sintiendo su aliento cálido que ella y solo ella es y s

Dolores de cabeza

Somos marionetas de trapo que respiramos y demostramos una exacerbada necesidad de exteriorizar sentimientos que no van a parar a ningún lado. Si al fin y al cabo las palabras se las lleva el viento, aunque se queden grabadas en la mente como cicatrices que mágicamente sangran. Porque por decir, puedo soltar lo que me plazca. ¿Y nosotros? También nos vamos con el viento. Como si fuéramos figuras de compleja papiroflexia. Los días transcurren sin descansar ni un solo instante, queriendo correr para llegar a una meta indefinida. Porque hasta el tiempo es inmaterial como las estaciones. Maldito calor el de agosto. Cuando te paras a pensar en todo aquello que no ves te toman por loco. Ya te lo dijo la muchacha del vestido estampado.-No pienses y disfruta de la vida-. ‘No pienses’, que vaga suposición. Todo dentro de mí me obliga a congelar el tiempo y a observar hasta el primer brote coloreado que anuncia la primavera. Y es de tontos buscar respuestas a cuestiones con poco sentido. Un dí