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Mostrando entradas de enero, 2015

Fuera de cobertura

Quizá todo esto sea un sueño del que nunca te despiertan a gritos porque no hay nadie en un espacio-tiempo tan inaccesible. Rozar el cielo y elevarse al infierno. Lo bueno equilibrado con lo malo o que difiera la teoría y se rompan todos los esquemas. Antojos de embarazadas y el de querer tréboles de cuatro hojas. Acostumbrarte al ácido sulfúrico como sinónimo de palabra. Asumir que si tienes miedo nadie va a cantarte una nana. Es caminar e incluso correr para volver al mismo sitio del que habías salido. Pierdas o no trenes, aviones y oportunidades. La lágrima aguafiestas recorriendo la mejilla al ver una película, respirar dolor, la consecuencia de los ataques de risa exagerados o un motivo nada concluyente. Tener claro que no es una muestra de debilidad. Necios los que no lo hacen, así no se les enjuaga el ojo para mirar con otra perspectiva. Es levantarte, con el pie derecho o el izquierdo, y querer volver a la cama. Ver tantas mentes encerradas en unos ideales y pensar- ¡ojalá pud

Cartas

Un iris que me mira, se expresa, chilla, empapa, rompe y reconstruye cuerpos. Que se disfraza de colores según la estación o la meteorología. Y aún así deleitan hasta al más invidente. Unos labios que piden conquista o guerra, es dudoso. Finos, nunca pintados de colores fuertes porque son capaces de levantar fortalezas por si solos. Que sueltan aclaraciones inútiles para romper el denso silencio pero elegantes en momentos serios. Preciosa con kilos de más o de menos. Poco importan sus vicios. Sin curvas de vértigo. Varía en cuanto a las musas de un escultor y el resto de sus oficios.  Y preciosa- ¡Maldita sea! - preciosa, y lo repito. Con abrazos de libros de fantasía. De estos de los que dejas de tocar el suelo y obvias hasta la mayor hecatombe mundial. No sé si con un corazón o una coraza. Ama a lo loco y se deja querer solo a ratos. El fin de una mortífera guerra. La X de la ecuación más compleja. El salvavidas del naufragio. La esperanza de recuperarse de una enfermedad. Mej

Rutina.

Dice Neruda que puede escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo, que la noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos. Efectivamente, miro y en el cielo hay minúsculos boquetes brillantes pero nada demasiado poético. Huele a suspiros que se han confundido con el aire y a desamor en su versión más cómica. Las muecas y gestos son figuras talladas que expresan emociones. En la piel hay marcados recuerdos, de poco nos sirve aprender las partes de la dermis y la epidermis. A mi derecha está la Calle Melancolía porque guarda toda clase de misterios en sus recovecos y a la vez me resulta simple y estúpida. Parece que hay que darse prisa y salir de ella, que mis ganas suban de porcentaje. El frío hiela y resulta sedante, es la figura pasiva que te congela los dedos para que no puedas escribir, ¡qué sofisticado! Las mismas tiendas y parques, las mismas esquinas. La farola que nunca alumbra. Las casas que parecen prisiones. El intento de rotonda expect