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Mostrando entradas de mayo, 2015

Pensar en alto.

Tengo ganas de saborear el riesgo con un cuerpo de papel reciclado. Que la lluvia abra surcos entre mis piernas y las curvas descompensen mi peso        sin llegar al estrépito fatal. A la primera debo salir ilesa. Sino la estampa de la trama se quedaría a medio imprimir. Hay tiempo de sobra que perder en prólogos-llenos de nada que contar-y firmas con una pluma anticuada        hasta que la tinta traspase memorias. No, cielo, no, hoy no es el día. No te fijes en el ruido de los trenes. Mucho menos en cómo su velocidad te alborota el pelo. Cruza por un puente de aire, sin pensar, desmelenada, ya sabes, loca de atar, rápido, se acerca, el arcén está a un brinco. Somos pájaros ciegos con ímpetu en las alas. Tentar con un trance irreversible para encontrar la manera menos devastadora de arriesgar      no es lo idóneo. Y qué hacer si eres destrucción, y al acercarte, rompes y al irte, resquebrajas y causas shocks peores que el del Rey Midas cuando vio a su hija d

Ni pies ni cabeza.

Es como,     no sabría decirte. Como programar noventa y seis alarmas sin sonido, caer en el sueño más profundo y que te despidan del trabajo. Querer exhibir la nieve y que cale los guantes de incandescencia. Un misántropo que confía hasta de su sombra. Las rosas rojas ennegrecen al mirarlas, guardas las espinas en una urna y celebras su entierro. Una cámara sin diafragma, un escenario lleno de oscuridad y resultados dignos de selectas exposiciones. Vamos, lo normal. Qué le hago si pienso que los payasos son los seres más tristes del planeta hinchando globos estrafalarios y pintándose de mil colores con narices mayúsculas. El Sol se ha caído al agua y en vez de evaporarla parece efervescente. El mudo es elocuente el tirano vive en la acera -hoy no cena, ¡vaya pena!- pero sí el mendigo que está en un hotel de cinco estrellas. Un agricultor en una gran ciudad de diseño, un ejecutivo sin prisa. A las personas no les consume el tiempo sino vivir. Encuentro

Objetivos basura.

Voy a colgar la tristeza sin pinzas a ver si así se la lleva el viento. Meter en botes herméticos mis miedos, tirarlos al río. Broncearme de calma. Vestirme con pedazos de esperanzas. Despojarme de angustias. Comerme despacio y en porciones a la impaciencia. Marcarle tres goles al hastío. Darle Red Bull a la desidia, necesita alas emigrar de mí. Ofrecerle éxtasis a la euforia para que se duplique. Hoy, mañana o en meses. Por lo menos intentarlo.
No me mires que el corte sangra y no tengo pañuelos. O mejor, mírame un par de segundos como queriendo divisar el horizonte. Pégate, echa un duelo a mis curvas                                              inexistentes. Existe, existe solo si te pegas. Condiciones muy absurdas. Deseos mezclados con el aire. Mis sentimientos han sido atropellados     por un tren           destino: tu cuerpo. Yo ya no sé cómo decirles que se queden apartados en el arcén delnoarriesgar . Maldito mayo y sus termómetros competitivos. No estoy hecha para el calor ni mucho menos para el amor (tan repelente). Me queda todo tres tallas grande. Escribo mis cataclismos , huele a mis cataclismos . Al caos le vicio y corre detrás de mí pidiéndome la oportunidad definitiva para quererme mal.  En verdad prefiero que no me quieran a que lo hagan igual de nefasto que lo hago yo.

Sin tapujos.

No quiero una de esas historias de sentimientos no presenciales excusas caducadas ilusiones deshechas. Casi sexo casi amor ya lo dijo Diego Ojeda "ni te quitaba la ropa ni llegaba a ponértela del todo." Odio todo lo que se queda a medias las llamadas de teléfono a medias pasar al baño y quedarte a medias mis medias bajadas hasta las rodillas o hablando claro, a medias. A medias tintas medio bocadillo de calamares medio alma que no comparto. No quiero. Detesto una de esas historias de película apasionada de encuentros felices y arpones a las espaldas. De gemidos forzados de correrse con prisa. Tardes de domingo lejos del sofá de hablar entre líneas sentimientos comprados y no decir nada. Qué triste que con más o menos treinta entradas esté aún más perdida que antes. Que sean las dos y media de la mañana,  el reloj se haya parado                          mi tiempo siga muriendo    y mis miedos aumentando.

Boda de Cordura y Locura

Un día se te ocurre sin mucho sentido abrir la parte de arriba del armario. Aparecen toda clase de cosas que no echas en falta y que al verlas te ilusionan. Desempolvé recuerdos. Estuve siendo un pasado pasajero, obviando el presente, desentendiéndome del futuro. Y, cómo no, me quedé absorta mirando un corcho con fotos. Suena estúpido pero por un momento me sentí corcho. Las chinchetas juegan con mi corazón, rebañan, sacan jugo. Algunas veces apuñalan menos fuerte que otras haciéndose las compasivas. Los huecos se quedan ahí y son tan minúsculos que nadie los busca (los miopes deberían tener ventaja). Otras veces el problema dura más que las pilas Duracell (un mito seguro) y todos los días viene la chincheta más grande a abrir más y más el hueco, queriendo romper toda la estructura y sentirse el espermatozoide "listo". Mira que le den. Esto es de tontos. Iba a colocar el párrafo más optimista de mis dieciséis años de existencia      y no.        Se ha ido al igual que todo