Ir al contenido principal

Piel con piel

Sueño con pieles incorpóreas y lejanas.
Con la fusión de cuerpos que encajan sin protocolos.
La brecha de un desajuste me aleja de todo lo que no controlo.
Realizo un esquema paso a paso como limando mis asperezas. Planifico mis impulsos. Domo cualquier rebelde desliz.
Oteo pieles desnudas desde la distancia. Un raciocinio imperdonable me colapsa. No sé qué es la pasión.
Parezco Cortés, el estratega, en la América de la abundancia.
Te acercas y esperas algo de mí y, no sé, en realidad, qué puedo darte. ¿Qué es lo que buscas?
Salgamos de aquí. Huyamos de la herida burbujeante. No dejes que me pise los talones.
¿Cómo es la anarquía de cuerpos que juegan a encontrarse? ¿Cómo alguien se emborracha de deseo?
Léeme un cuento mientras purifico mis entrañas.
No dejes de hacerlo.
Quédate cuando me tire en el colchón con la frustración en las venas. Cuando la voz se pierda en el aire y me amurallen fachadas invisibles.
Quédate si una ansiedad me estrangula. Si un miedo irreconocible, del que no me despojo, acampa en mi sangre.
No nos reduzcamos a buitres que se alimentan de la sangre del otro, de la pena del otro, de la flaqueza del otro.
No desplomes baldosas en mi espalda. No esperes nada que no pueda ofrecerte.
No podré aguantarlo.
No acariciemos el amor de lejos por miedo a que nos devore. No hagamos el amor de forma desconsiderada, inútil y corrosiva. No nos convirtamos en nada de eso.

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Paradoja"

quiero hablar a todos de ti que tu nombre haga suyo el espacio y sepan entonces quién es esa mujer magnética y sencilla que a veces habita mi cuerpo. y también tengo la urgencia de ocultarlo todo con egoísmo y torpeza permitiendo acaso el susurro quedo de las letras por las que te llaman en un vago intento de que sepan que tu sendero sacudió el mío circunstancialmente y así el aire no contamina tu imagen de puro óxido y las palabras, siempre huecas y mundanas, no se equivocan al plasmar la esencia de la creación: sin dios ni leyes ni intérpretes ni visitas   levantándose a nuestro alrededor colosal.

Aclaro que quiero en exceso

Nadie me versa ni me besa ni me recita absolutamente nada. No me separo de mis libros de poesía porque me dan la vida que otros me quitan a golpes. Hace tiempo que no espero que me quieran a lo grande. No se dejan la piel por mí y la mía está hecha tiras. No me vale, no, no vale. Considero que los sentimientos han de ser como fuego a veces. Querer es sufrir un poco. Nunca he sabido querer sin excesos. Se me va la vida queriendo (en lo que tardo en coger aire, encarcelarlo y devolverlo al cuarto). Aún sigo esperando que Beatriz me lea en voz alta con la marea igual de alta de Murcia. (Hablaría del trasiego de las olas bravas y espumosas de fondo pero es algo casi inexistente en esos lares.) Escribo como si delirase; las palabras no encuentran ningún obstáculo para saltar del habitáculo de mi revuelta cabeza al papel. No las paro. No tengo fuerzas. Me compadezco de Lorca cuando dice "¡Ay qué trabajo me cuesta quererte como te quiero!". Es verdad, cuesta una tristez

Mi pájaro

“Se olvida pronto, se olvida el sudor tantas noches, la nerviosa ansiedad que amarga el mejor logro llevándonos a él de antemano rendidos sin más que ese vacío de llegar, la indiferencia extraña de lo que ya está hecho."- Gil de Biedma. Me he bañado en arcilla de rassoul y coco y, al rato, la pena ha anidado en mi garganta. Las ramas han herido con violencia a mi pájaro azul, instigándole a pronunciar aturdidas sílabas. Inevitablemente me he acordado de Bukowski: "hay un pájaro azul en mi corazón que quiere salir pero soy duro con él, le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres montarme un lío? ¿es que quieres fastidiar mis obras? ¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros en Europa?" Mi pájaro ha cedido. Se ha manifestado con un grito ahogado a la hora de comer carne guisada. Me saturo dentro de mi pellejo. No soy capaz de analizar, pensar, objetar nada al respecto. Más que felicidad quiero ser la calma de las olas. Olas libres y es