quiero hablar a todos de ti
que tu nombre haga suyo el espacio
y sepan entonces quién es esa mujer magnética y
sencilla
que a veces habita mi cuerpo.
y también tengo la urgencia de ocultarlo todo con
egoísmo y torpeza
permitiendo acaso el susurro quedo de las letras por
las que te llaman
en un vago intento de que sepan que tu sendero sacudió
el mío circunstancialmente
y así el aire no contamina tu imagen de puro óxido
y las palabras, siempre huecas y mundanas,
no se equivocan al plasmar la esencia de la creación:
sin dios ni leyes ni intérpretes ni visitas
levantándose a
nuestro alrededor colosal.
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