Ir al contenido principal

A mí

De vez en cuando la soledad se posa en mí y trata de acicalarme. Colgándose de mis orejas, por ejemplo. Enredándose en mis horizontales curvas para que parezcan voluptuosas. Enredándose en mis ojos con un brillo opaco.

De vez en cuando la soledad se posa en mí y trata de acicalarme. Y el resultado es una palidez de fantasma y unas ojeras huecas.

Es una dama boba e infantil.
Vive de contradicciones, de improbables, de imposibles. Camina por un sendero de carteles invertidos y señales inventadas. Y, en cierta parte, me identifico.

Trata de poseerme como si yo fuese ese maldito territorio sin conquistar. Como si yo estuviese subordinada a ella. Como si yo fuese esa piedra inerte que no se queja cuando la ahogas en un río.

Me canta como las sirenas cantan a los marineros malolientes y agotados. Me canta y no siempre caigo. Hasta que las paredes se zambullen en mí y no me da tiempo a protegerme de mis miedos.

El resultado es una palidez de fantasma y unas ojeras huecas y cuando me miro al espejo pienso: "joder, María, ¡cuánta decadencia!"
La soledad repta de un extremo a otro de mi cara como una serpiente frente a su presa.

Y
zasca.

He de ordenar mis ideas. Recalcaron que soy muy abstracta y lianta con las palabras y ni me inmuté.

Sales y entras. Crees que quien te aporta es sinónimo de refugio y sólo te encuentras con un hogar sin techo. Crees que aportas un poco a fulano y luego se olvida hasta de tus manías. En fin, tonterías. Crees y crees y crees pero no eres más que una agnóstica en la religión y también en la vida.

Sólo tengo claro que que te quieran es no marcharse aún con todas las ventanas abiertas. O que no te rompan el corazón sabiendo el código exacto y tu lista de debilidades.

Deja ya de acercarte a cuerpos extraños que no sepan apreciar tu libertad. Que no sepan apreciarte entera. Con tu incoherencia, tu indecisión, tus arrebatos y tus enfados. Con toda tu alegría y tu mierda, a lo soez.

Nunca se me ha dado bien expresar cosas tan grandes en pocas palabras. Quizás por eso admiro tanto a Neruda. Quizás por eso morreo a mi inconformismo siempre que escribo un párrafo.

De vez en cuando la soledad se posa en mí y me recuerda que todos estamos solos. La esencia es saber convivir con uno mismo. Estoy aprendiendo a hacerlo sin asustarme.






Comentarios

Entradas populares de este blog

"Paradoja"

quiero hablar a todos de ti que tu nombre haga suyo el espacio y sepan entonces quién es esa mujer magnética y sencilla que a veces habita mi cuerpo. y también tengo la urgencia de ocultarlo todo con egoísmo y torpeza permitiendo acaso el susurro quedo de las letras por las que te llaman en un vago intento de que sepan que tu sendero sacudió el mío circunstancialmente y así el aire no contamina tu imagen de puro óxido y las palabras, siempre huecas y mundanas, no se equivocan al plasmar la esencia de la creación: sin dios ni leyes ni intérpretes ni visitas   levantándose a nuestro alrededor colosal.

Piel con piel

Sueño con pieles incorpóreas y lejanas. Con la fusión de cuerpos que encajan sin protocolos. La brecha de un desajuste me aleja de todo lo que no controlo. Realizo un esquema paso a paso como limando mis asperezas. Planifico mis impulsos. Domo cualquier rebelde desliz. Oteo pieles desnudas desde la distancia. Un raciocinio imperdonable me colapsa. No sé qué es la pasión. Parezco Cortés, el estratega, en la América de la abundancia. Te acercas y esperas algo de mí y, no sé, en realidad, qué puedo darte. ¿Qué es lo que buscas? Salgamos de aquí. Huyamos de la herida burbujeante. No dejes que me pise los talones. ¿Cómo es la anarquía de cuerpos que juegan a encontrarse? ¿Cómo alguien se emborracha de deseo? Léeme un cuento mientras purifico mis entrañas. No dejes de hacerlo. Quédate cuando me tire en el colchón con la frustración en las venas. Cuando la voz se pierda en el aire y me amurallen fachadas invisibles. Quédate si una ansiedad me estrangula. Si un miedo irreconocible,...

algo amenaza el mundo

algo amenaza con devorar el mundo desdibuja a los seres de sus techos, amores y sueños de sus mascotas, ocio y dolores y los lanza a un espacio blanco, tranquilo y desesperante lejos de los símbolos, códigos y   fe lejos, en definitiva, de los mecanismos que anudan a los humanos a una realidad que intentan hacer suya nada es nuestro ni la economía ni las personas ni la casa que se alza junto al mar no soportamos la fragilidad de ser fugaces no poseer la savia que recorre el fondo de la tierra no poder atrapar animales y árboles como si fuesen manzanas que todo exista sin nosotros entiendo tu angustia, íntima y universal porque los años eclipsan lo que parecía nítido y entonces cuestionas techos, dolores y fe y amores y ocio y códigos y   qué sé yo qué más y te confieso que sueño, día a día, con una trascendencia que los dioses no me otorgan nadando por este plano físico y mortal por esta pecera que expando infinita hacia el sol y...