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Fuera de cobertura

Quizá todo esto sea un sueño del que nunca te despiertan a gritos porque no hay nadie en un espacio-tiempo tan inaccesible. Rozar el cielo y elevarse al infierno. Lo bueno equilibrado con lo malo o que difiera la teoría y se rompan todos los esquemas. Antojos de embarazadas y el de querer tréboles de cuatro hojas. Acostumbrarte al ácido sulfúrico como sinónimo de palabra. Asumir que si tienes miedo nadie va a cantarte una nana. Es caminar e incluso correr para volver al mismo sitio del que habías salido. Pierdas o no trenes, aviones y oportunidades. La lágrima aguafiestas recorriendo la mejilla al ver una película, respirar dolor, la consecuencia de los ataques de risa exagerados o un motivo nada concluyente. Tener claro que no es una muestra de debilidad. Necios los que no lo hacen, así no se les enjuaga el ojo para mirar con otra perspectiva. Es levantarte, con el pie derecho o el izquierdo, y querer volver a la cama. Ver tantas mentes encerradas en unos ideales y pensar- ¡ojalá pudiera regarle de racionalidad los sesos!- y no paliarlo ni por esas. Las noticias alarman y la libertad de expresión te la roban. Oír, ver y no querer callarte. Y luego omitir cualquier frase porque nadie te escucha. Es la época del ir y venir, de las mentiras y del interés. Cañones que te escupen exámenes y más exámenes. Quejas y más quejas. La infancia de cualquiera, y no, ahora no es momento de echar de menos así que pasapalabra. El futuro no sabemos que color deparará- el rosa descartado-. Los lugares por los que nos movemos y las sonrisas exprés. Que el caos se convierta en arte. Pensar en regímenes mientras saboreas lo que más calorías contiene. El deseo de aparecer en un país recóndito sin saber comunicarte y perderte en un bosque nevado. Esperad que termino la maleta y cojo el pasaporte por si acaso...Medio ambiente, reciclar y que el papel sale de los árboles. Benditos seres.
Y yo solo sé como me llamo, mi edad y que estoy fuera de cobertura.

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