Ir al contenido principal

Ni pies ni cabeza.

Es como,
    no sabría decirte.

Como programar noventa y seis alarmas sin sonido,
caer en el sueño más profundo
y que te despidan del trabajo.

Querer exhibir la nieve
y que cale los guantes
de incandescencia.

Un misántropo que confía hasta de su sombra.

Las rosas rojas ennegrecen al mirarlas,
guardas las espinas en una urna
y celebras su entierro.

Una cámara sin diafragma,
un escenario lleno de oscuridad
y resultados dignos de selectas exposiciones.

Vamos,
lo normal.

Qué le hago si pienso que los payasos
son los seres más tristes del planeta
hinchando globos estrafalarios
y pintándose de mil colores
con narices mayúsculas.

El Sol se ha caído al agua
y en vez de evaporarla
parece efervescente.

El mudo es elocuente
el tirano vive en la acera
-hoy no cena, ¡vaya pena!-
pero sí el mendigo
que está en un hotel de cinco estrellas.

Un agricultor en una gran ciudad de diseño,
un ejecutivo sin prisa.

A las personas no les consume el tiempo sino vivir.
Encuentro ojos jóvenes vacíos
y ojos con arrugas incontables
con más vida que una noche de desenfreno.
Resaca incorporada. Quince cubatas. A ver quien paga.
Más de mil bailes en alturas que no dan miedo (porque los tacones no imponen tanto como los precipicios de la vena aorta).    
Ya sé.
Necesitan la catarsis definitiva.
Una serendipia estrella
    sin brújulas que se crean las protagonistas
                          de tanta búsqueda
                 sin querer buscar.
               

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Paradoja"

quiero hablar a todos de ti que tu nombre haga suyo el espacio y sepan entonces quién es esa mujer magnética y sencilla que a veces habita mi cuerpo. y también tengo la urgencia de ocultarlo todo con egoísmo y torpeza permitiendo acaso el susurro quedo de las letras por las que te llaman en un vago intento de que sepan que tu sendero sacudió el mío circunstancialmente y así el aire no contamina tu imagen de puro óxido y las palabras, siempre huecas y mundanas, no se equivocan al plasmar la esencia de la creación: sin dios ni leyes ni intérpretes ni visitas   levantándose a nuestro alrededor colosal.

Piel con piel

Sueño con pieles incorpóreas y lejanas. Con la fusión de cuerpos que encajan sin protocolos. La brecha de un desajuste me aleja de todo lo que no controlo. Realizo un esquema paso a paso como limando mis asperezas. Planifico mis impulsos. Domo cualquier rebelde desliz. Oteo pieles desnudas desde la distancia. Un raciocinio imperdonable me colapsa. No sé qué es la pasión. Parezco Cortés, el estratega, en la América de la abundancia. Te acercas y esperas algo de mí y, no sé, en realidad, qué puedo darte. ¿Qué es lo que buscas? Salgamos de aquí. Huyamos de la herida burbujeante. No dejes que me pise los talones. ¿Cómo es la anarquía de cuerpos que juegan a encontrarse? ¿Cómo alguien se emborracha de deseo? Léeme un cuento mientras purifico mis entrañas. No dejes de hacerlo. Quédate cuando me tire en el colchón con la frustración en las venas. Cuando la voz se pierda en el aire y me amurallen fachadas invisibles. Quédate si una ansiedad me estrangula. Si un miedo irreconocible,...

algo amenaza el mundo

algo amenaza con devorar el mundo desdibuja a los seres de sus techos, amores y sueños de sus mascotas, ocio y dolores y los lanza a un espacio blanco, tranquilo y desesperante lejos de los símbolos, códigos y   fe lejos, en definitiva, de los mecanismos que anudan a los humanos a una realidad que intentan hacer suya nada es nuestro ni la economía ni las personas ni la casa que se alza junto al mar no soportamos la fragilidad de ser fugaces no poseer la savia que recorre el fondo de la tierra no poder atrapar animales y árboles como si fuesen manzanas que todo exista sin nosotros entiendo tu angustia, íntima y universal porque los años eclipsan lo que parecía nítido y entonces cuestionas techos, dolores y fe y amores y ocio y códigos y   qué sé yo qué más y te confieso que sueño, día a día, con una trascendencia que los dioses no me otorgan nadando por este plano físico y mortal por esta pecera que expando infinita hacia el sol y...